El blog


Este blog, proyectolaazotea.blogspot.com, surge como producto último del desarrollo del proyecto La Azotea, se constituye como un mecanismo de visibilización de una reflexión compleja, orgánica y no jerárquica (Cita #2).

La indagación alrededor de la utilización de las herramientas de representación clásicos de la disciplina arquitectónica para la descripción y propuesta en ámbitos de desarrollo de proyectos colectivos, desemboca en este caso en la utilización de una herramienta de organización y visibilización de información que debe mucho a las oportunidades desplegadas por las tecnologías de la información contemporáneas.
La organización no jerárquica de la información, la posibilidad de producción colectiva de relatos, las vías de vinculación entre partes a través de la generación de genealogías discursivas posibles pero nunca únicas, son algunas de las oportunidades que se despliegan en esta herramienta (Cita #3).
A su vez, se despliega la oportunidad de, ya terminado el proceso de trabajo en el lugar propio del desarrollo del proyecto La Azotea, darle apertura a una serie de descripciones, reflexiones, citas, actores y vinculaciones entre estos para ser compartidas con otros que formaron parte -o no- de este proyecto.

En esta línea, este blog está siendo desarrollado en paralelo por diferentes personas. Muchos de los contenidos que aloja son extractos de artículos o documentos escritos con anterioridad, a veces por otras personas. Otros son citas a textos o artículos de autores que nada tuvieron que ver con este proyecto. No tenemos la voluntad de clasificar este material, ni de definir el marco temático del que trata. Justamente, todo lo contrario. De lo que se trata es de explorar los potenciales de esta herramienta colectiva y orgánica de construcción de relatos sobre un proceso de trabajo muy difícil de describir. Así, la apertura -tanto productiva como lectora- que esta herramienta permite, da lugar al despliegue de reflexiones que a veces tienden a converger alrededor de ciertas temáticas, lugares o instancias específicas; y otras a divergir, a alejarse en líneas de acción distantes. En ambos casos, igualmente, este es otro de los intentos a lo largo de este proyecto de dar lugar a la generación de mecanismos que sean ámbitos de acuerdo y de desacuerdo, de consenso y disenso, pero siempre en las vías de permitir el avance de las acciones.

La producción colectiva no puede encontrar en su voluntad de consenso un entorpecimiento a sus dinámicas, y mucho menos un detenimiento de sus acciones. El consenso y el acuerdo, en ese sentido, son espacios que se construyen en la acción, que se determinan en ella, y no previamente. Es la acción concreta -el realizar una actividad, el darle forma a un dibujo, el construir una infraestructura, o el ocupar un espacio- la que le da forma a los consensos, a veces en mayor y otras en menor medida. Y en función de eso, y de la distribución de poderes que este proyecto ha ido construyendo, es que esas acciones, en cualquiera de sus formatos, termina trascendiendo en el tiempo o encontrando fin precoz a su operatividad y existencia.