Este edificio, de propiedad municipal e importante valor patrimonial, fue construido bajo la presidencia de José Manuel Balmaceda en el año 1891. Alojó durante sus 120 años de funcionamiento múltiples instituciones educativas. En 1982 se transformó en una escuela de cultura popular y desde 1989 hasta el terremoto del 2010 fue el único Liceo de Adultos de Santiago.
Hasta el domingo pasado, llevaba ya casi 4 años de abandono. En esos años, fue víctima de sucesivos saqueos de materiales nobles (sobre todo maderas de vigas de entrepiso) e imagen del deterioro en el barrio al sur de la Avenida Matta.
Hoy, el paisaje es totalmente distinto. Una enorme cantidad de personas se encuentra en el lugar. Están constantemente trabajando. La organización regula el enorme entusiasmo individual. Una asamblea que sesiona día de por medio y múltiples comisiones permiten tomar decisiones de interés colectivo. El abastecimiento, el aseo, la seguridad, la rehabilitación del edificio y el vínculo con los vecinos son las principales áreas de acción. Muchos se han acercado a colaborar. En sólo 3 días cientos de vecinos han plasmado con firmas y colaboración su voluntad de querer ser parte de este nuevo proceso.
Todo esto, en el contexto de un país en el que la innovación social (fundaciones con sede en barrios altos que a través de colectas vía internet y cuantiosos aportes empresariales financian pasto y columpios bien coloridos en plazas de sectores periféricos) es una moda que crece por internet a pasos agigantados, en donde la participación ciudadana es el slogan político del momento (un país de, con y para todos; providencia somos todos) y los cabildos territoriales y las consultas ciudadanas pueblan la cartelera callejera (decidamos juntos el futuro de santiago, piensa providencia), pero a la vez no participa ni el 50% del padrón electoral en las elecciones presidenciales –sí, en las presidenciales.
Entonces, cabe preguntarse si la ciudadanía –individualmente u organizada- no estará necesitada de otras vías para ser partícipe de los cambios que la sociedad y las ciudades necesitan.
Porque en paralelo, cuando 5 organizaciones sociales, después de 6 meses de trabajo y estudio, deciden hacerse cargo de un inmueble abandonado con la finalidad de rehabilitarlo y abrirlo al uso comunitario, la Municipalidad da orden de desalojo, y manda a sus emisarios a exigir el abandono del lugar. Y al día siguiente, la Alcaldesa se fotografía en el piso más afectado por el incendio del Teatro Municipal con los dueños de Falabella para cerrar el aporte de 400 millones de pesos de la empresa para promover la vida cultural de la comuna. Son estas las vías para el desarrollo cultural de una comuna como Santiago que la Municipalidad desarrolla.
Mientras tanto, los vecinos organizados limpian y habilitan nuevas áreas del edificio, despliegan un cartel en la puerta que dice “vecin@s: pasen a conocer y apoyen con su firma”, hacen estudios técnicos con equipos profesionales y comienzan a hacer funcionar sus proyectos. Y los nombro: escuela obrera, centro de comunicación popular, escuela pública comunitaria, centro de investigación-acción, huerto comunitario, biblioteca, radio y TV comunitarias, escuela de danza y salas de reunión.
Quizá, un proyecto que usa tanto la palabra obrero, comunitario y popular no pueda ser alojado dentro de tanto cabildo territorial, encuesta ciudadana, consulta telefónica, colecta online y burocracia municipal.
Ya veremos cómo se siguen sucediendo las cosas. Por ahora, amenazas municipales y trabajo comunitario, son separados por la humilde puerta de madera de un colegio. No sabemos cuánto aguante esa puerta. Pero si tan sólo el Municipio se sintiera por un minuto, sólo por un minuto, un simple vecino, podría hacer caso al cartel, entrar a conocer y conversar. Y quizá, sólo quizá, se pueda aprovechar una increíble oportunidad de renovarnos las esperanzas a muchos de nosotros que por ahora, no podemos más que sólo creer en el trabajo comunitario y dudar profundamente de las muy escasas y deterioradas vías institucionales para el desarrollo de proyectos de verdadero interés para nuestra sociedad."
Extracto del artículo escrito por TOMA el 13 de diciembre de 2013, en relación al proyecto Recuperacción Comunitaria, 3 días antes del desalojo del edificio por parte del GOPE (Grupo de Fuerzas Especiales de Carabineros de Chile).